El ambiente era de expectativa y emoción para unos, de curiosidad para otros, y de pasión y admiración para todos, había llegado el día del concierto del acordeón vestida de frac, la Lírica de los Juglares levantaría el telón.

Alberto ‘Beto’ Villa, el rey, el legendario acordeonero de los ‘Betos del Vallenato’, apoyado de principio a fin de su hijo Beto Villa Jr., el cantante, actor y productor se daban  la ‘tercera pela’ para decirle al mundo que el acordeón no solo se toca en patios, casetas y parrandas, también sube al más alto estrado musical y puede sentarse al lado de Beethoven y Richard Clayderman.

Trece meses después, con la presentación de la célebre Diva Jesurum y una puesta en escena agradable y sobria la Sinfónica Vallenata, volvió a mostrarse y lo hizo en una fecha emblemática para el folclor, el 30 de abril, ese día los últimos 50 años el mundo vallenato se paraliza a fin de conocer el nombre del nuevo rey del Festival de la Leyenda Vallenata.

La Sinfónica en un marco de luces tenues que le imprimían misterio a la cosa llegó para abrir los fuelles, esta vez fueron 18 acordeoneros, algunos reyes y otras figuras del vallenato comercial, y tres  vocalistas, uno inmenso conocido como el último juglar Adolfo Pacheco quien cantó soportado en un bastón, pero con la fuerza del alma, la Hamaca Grande y Me Rindo Majestad,  Iván Villazón, el tenor que cantó poemas convertidos en vallenatos como Mañanitas de Invierno  y Beto Villa jr., quien hizo un sentido homenaje al Jilguero de América, Jorge Oñate.


“Hemos vuelto a brindar algo diferente, volvimos a demostrar que el formato de una sinfónica de música clásica se puede hacer con el acordeón, en el vallenato, interpretamos aires y recorridos por las épocas de nuestro género y nos fue muy bien”. Dijo el creador de la Sinfónica Vallenata el rey Beto Villa

Explica de manera seguida, tuvimos cuatro lindos y emocionantes momentos, cada uno con su nombre: El canto de un acordeón, La lírica de los juglares, Alegoría (en referencia al surgimiento de los cantantes solistas) y Sinfonía del acordeón. Cada nombre representó una época de nuestro folclor, 50 años de leyenda pura”.

Según el maestro Villa el resultado de la hora y 15 minutos del espectáculo se logró después de ensayos durante más de seis meses con los 18 colegas en medio de las dificultades de la virtualidad. “Nosotros no tenemos un pentagrama. Tuvimos que enviarnos audios y sincronizarlos. Decirle a cada uno qué tendría que hacer en cada parte de la melodía. Una orquesta de música clásica se compone de familias de instrumentos (violines, saxo, trompetas), nosotros tuvimos una familia de acordeones”.

El rey volvió a explicar en medio de la alegría por el exitoso concierto que arrastró un público virtual al verlos tocar, paseos, merengues, y puya

“Cuando hablamos del juglar lírico nos referimos a aquel que toca el instrumento, canta y compone. En esta selección tuvimos muchos juglares líricos. Entonces, ellos cantaron en el escenario. Hay acordeoneros que cantan muy bien, pero el formato de pareja de acordeón y cantante solista que se impuso no les permitió mostrarse. Aquí se mostraron.

Y en verdad que fue emocionante ver cantar al tiempo a Orangel ‘El Pangue’ Maestre, Saúl Lallemand, Jimmy Zambrano, Álvaro López, Manuel Vega, Chiche Maestre, Ciro Meza, Álvaro Meza, José Vásquez, Manuel Julián Martínez, Joche Zuluaga, Julián Rojas, Humberto Yudex, Horacio Escorcia y Rodolfo de Lavalle.

Beto Villa cuenta con orgullo y emoción “El productor de escenografía fue mi hijo Beto Villa jr. Mi esposa hizo la investigación musical para los momentos. Este proyecto es una respuesta a ese pedido de salvaguarda de las raíces de nuestro vallenato. Estamos obedeciendo al llamado de la Unesco de cuidar nuestro vallenato como patrimonio inmaterial y cultural de la humanidad”.

La Sinfónica Vallenata es como el gallo Blanco que tira espuela para ganarle al negro, dura y persista de tal forma que muy pronto espera estar en tarima y con un público al frente para entregar el concierto número 4 en honor al folclor.