La Universidad del Magdalena volvió a dar ejemplo de protestar en paz, de caminar unidos por propósitos de cambio y ser resilientes ante la adversidad.
Con el eslogan #UnimagdalenaSeMoviliza, estudiantes, docentes y funcionarios de la U, se volcaron ayer a las calles de Santa Marta para alzar su voz en medio de la coyuntura económica, educativa, de seguridad, de salud y de gobernabilidad del país.
Durante la manifestación pública y pacífica, su rector Pablo Vera Salazar, un hombre curtido en esta tarea de salir a reclamar derechos teniendo como arma el discurso y una bandera blanca, apoyó y acompañó a la comunidad académica, para ratificar el compromiso adquirido en la declaratoria de Aula Abierta, la cual consiste en propiciar espacios de diálogo y reflexión a partir de actividades científicas, artísticas y culturales.
Todo empezó hace ya muchos años, primero se protestó para que la U no se cayera en un precipicio, pero fueron sus estudiantes quienes pusieron barricadas para sostener la ida al abismo, luego llegó una fenomenal jornada de lucha y de la cual el actual gobernador Carlos Caicedo Omar, fue protagonista número 1.
Carlos Eduardo Caicedo Omar, lidio momentos duros para hacer realidad lo que llamaron la refundación de Unimagdalena, en donde al final de ese proceso tuvo en Álvaro Uribe Vélez a su más ferviente socio, ese mismo que si se ven hoy doblando en una esquina se levantan a puño, mordisco y patá.
Los tiempos de luna de miel en una creciente acción política-administrativa en la U, tenían en el esfuerzo de todos su fuente, Carlos Caicedo Omar construía a partir de desayunos de trabajo, almuerzos de tarea y cenas de gala, un consolidado apoyo a su alrededor que lo convirtieron en la punta de lanza del renacimiento de la alma mater, los gobernadores Jorge Caballero, Juan Carlos Vives y José Domingo Dávila, lo respaldaron con los ojos cerrados y Miguel Pinedo , Alfonso Campo Escobar, Salomón Chichio Saade, Luis Vives y Hernando Escobar Medina, le abrieron las puertas en el Congreso y el Gobierno Nacional para construir los inicios de la nueva Universidad del Magdalena. Allí nacieron los edificios Sierra Nevada, Ciénaga Grande y el Edificio Administrativo para solo mencionar tres obras.
Pero esa luna de miel, terminó con la llegada de Trino Luna Correa a la Gobernación y fue el detonante para que la U, mostrara a través de sus estudiantes, profesores y trabajadores la fuerza de la unión, la beligerancia con justa causa, el poder de la palabra.
La confrontación Caicedo Luna-Luna Caicedo, llegó a niveles insospechados y la comunidad académica resistió y salió adelante, si bien las masivas marchas mostraban que los muchachos en especial defendían a su rector, en esencia su tarea era más gruesa, cada uno de esos estudiantes defendían los derechos de la educación como fuente primaria de su razón de ser.
Trino Luna Correa, arrastraba desde hacía 20 años un odio visceral por Caicedo Omar y no sabemos si Carlos Eduardo se acordaba, lo que sí está claro es que todo se volvió presente. Cuenta la historia que en la década de los 80 la familia del gobernador, Trino Luna, se destacaba por su prosperidad en la región. A su fortuna de gamonales se sumaba el caudal político de su padre con el cual llegó a ser también gobernador, diputado y parlamentario.
“Por esa época un comando del Eln secuestró a mi mamá y desde ese momento la prosperidad de la familia se vino a pique”. Dijo en el año 2005 Luna Correa y agregó
“En el grupo de secuestradores estaba el hoy rector de la Universidad del Magdalena, Carlos Caicedo”, allí nació el rencor que 20 años después llegaba a su plenitud.
Las fricciones llegaron al punto de que uno -Luna- acusaba al otro -Caicedo- de haber participado en los crímenes del líder estudiantil Hugo Maduro y los profesores Roque Morelli y Julio Otero, Caicedo sin recato aseguraba por las emisoras que Luna tenía un plan para asesinarlo y que era un vocero de los paramilitares, Luna insistía que Caicedo era un secuestrador y Carlos señalaba que el Gobernador buscaba el control de la universidad y el manejo del presupuesto de la época. 47.000 millones de pesos (de los cuales 18.000 son para inversión) sin duda la joya de la corona.
Esa confrontación subió a una temperatura inimaginable y como ya se sabe Carlos Caicedo, perdió en el round número 15, al minuto 92 le metieron un gol y lo sacaron de la final, de la larga lucha que empezó en el 2003, concluyó con que la Fiscalía 12 de la Unidad Anticorrupción primero, y un juez después terminaron condenándolo a purgar ocho años de cárcel por pagar las cesantías que la Universidad adeudaba a 47 profesores.
Mientras esta lucha se daba en los estrados judiciales, las emisoras y la prensa escrita, los muchachos nunca dejaron de protestar, eran un mar de emociones en defensa de su universidad, se hicieron populares y Colombia los vio marchar una y otra vez, una y otra vez.
#UnimagdalenaSeMoviliza, estudiantes, docentes y funcionarios de la Universidad del Magdalena se volcaron a las calles de Santa Marta para alzar su voz ayer, esta vez contra reformas políticas y financieras, antes para defender a la universidad pública, por rechazar el crimen de uno de sus integrantes, para oponerse a la intromisión de un politiquero, para defender la gestión de un rector.
La Universidad del Magdalena, de manera sostenida y sin descanso a mantenido una línea de conducta por más de 22 años defender con justicia, aprobar lo bueno, el desarrollo, la investigación, la extensión, la armonía con el territorio, rechazar lo malo, el desgobierno, la anarquía, la injusticia, el odio y el oportunismo.
Cada vez que Unimagdalena organiza una marcha, lo hace con un objetivo, es una fiesta que valora la democracia, sus jóvenes se pintan y sonríen, es un carnaval de emociones, pero un serio propósito, el bien general.
Ayer volvieron a salir a la calle, primero un plantón y hasta un sancocho, artistas y deportistas brillan en el lugar, el rector Pablo Vera Salazar, el mismo que por dos décadas ha marchado como estudiante, profesor y como rector se suma a la jornada “los estudiantes están dando un gran ejemplo de movilizarse de manera tranquila, están armonizando el derecho constitucional a la manifestación, pero también armonizar con el derecho a la educación. Están demostrando que es posible llamar a la reflexión para miles de jóvenes que no han tenido la oportunidad de la educación superior”. Dice.
La gente de la U, se opone a la violencia, al saqueo y el vandalismo, siempre ponen la buena nota. Sin duda Unimagdalena y su dulce manía de marchar en paz.
En un buen escrito, el gran periodista Edgar Salas, nos hace un resumen y un recorrido de la fuerza y voluntad de lucha, de los estudiantes de Unimagdalena por proteger a su institución de politiquería, chantaje y corrupción. Felicitaciones.