*Al tiempo que nos llena de orgullo la reactivación económica del territorio a partir de su principal motor como es la industria sin chimeneas, las cifras de muertes violentas enrarecen el ambiente, solo en el fin de semana de reyes fallecieron 20 personas, el sicariato la principal modalidad.
En el Perú los nativos aseguran que su historia y luego la gastronomía- según los expertos allí se cocina la mejor comida del mundo-, sino que lo diga Oscar Said Duran que anda por allá paseando de lo lindo, son los dos pilares para su éxito turístico. Pero es precisamente la historia, la que nos señala que hay un pilar detrás de esos dos valores. Su Seguridad.
Luego que el gobierno exterminara a ‘Sendero Luminoso’ el grupo insurgente y frenara el nacimiento de grandes cacicazgos del narcotráfico, Lima, El Cusco y otros territorios llenos de paz, han podido a partir de su historia y sus deliciosos platos frutos del mar, construir un destino maravilloso, agradable y muy visitado.
Santa Marta hoy demuestra una vez más que es el destino más codiciado de la nueva década del Siglo, cada vez está más de moda, es impresionante el gusto y el amor de la gente por venir a la ciudad, sin embargo, en medio de la belleza exuberante y los dotes entregados por Dios, allá en la Sierra Nevada se cocina no los deliciosos manjares del Perú, sino el narcotráfico que sin duda es el principal enemigo para que la ciudad viva en paz.
Según COTELCO Capítulo Magdalena, tras el puente festivo de Reyes, se registró una ocupación hotelera de 95,5%, una cifra superior a la presentada en el mismo periodo del 2021, logrado gracias a la visita, en su mayoría, de turistas nacionales de regiones como los Santanderes, y de ciudades como Cali, Medellín, Bogotá y Pereira, entre otras.
Se estima que durante el puente festivo de Reyes ingresaron solo a Santa Marta un total de 63 mil visitantes que llegaron a disfrutar la diversa oferta de Santa Marta en su Centro Histórico, balnearios, restaurantes y alojamientos formales, lo que supone un importante dinamizador, del que es considerado el primer renglón económico de la ciudad.
Esa sin duda la parte más agradable, porque al tiempo que todo era fiesta y alegría, mar y playa, de manera sectorizada se vivieron momentos de dolor, llanto y luto, 20 personas murieron de forma trágica y 16 de ellas bajo el fuego de las armas, las víctimas se registraron en los municipios de Ciénaga, Pueblo Viejo, Zona Bananera, Algarrobo, Ariguaní y solo en el Distrito de Santa Marta, murieron cuatro personas, pese al control que mantenían las autoridades.
El sicariato sigue siendo amo y señor de estas situaciones, matan hombres, mujeres y niños y poco o nada es lo que se sabe de los responsables, los turistas viven en su mundo, quien llega a disfrutar poco o nada sabe de esos hechos, pero sin embargo quienes habitan la ciudad si sienten el temor del sonar de las armas, cuando el ataque se consuma.
Parece que es un poco tarde para este Gobierno Nacional en manos de Iván Duque de crear estrategias especiales que lleguen desde Bogotá a fin de hacer control, las autoridades y los estudios señalan que el Microtráfico es la fuente de esa ola de violencia.
Es cierto que todos los hechos violentos no tuvieron asiento en Santa Marta, pero para los estudiosos al final es una cadena de sucesos que tiene una sola relación el tráfico de drogas.
Este negocio que según el profesor e investigador Lerber Dimas, deja millonarios resultados económicos sin el temor de una extradición en curso a los Estados Unidos, “es tan bueno el negocio que por eso hay guerras internas a fin del dominio del territorio, entre 300 y 600 millones de pesos se manejan mensualmente, para que preocuparse de grandes embarques y la persecución de la DEA, el negocio está en las calles”, asegura.
Hoy la oferta de Santa Marta, como principal destino turístico- porque la gente también va a Ciénaga y se hace turismo literario a Aracataca o rivereño en El Banco municipio sureño-, se ha ampliado y de qué manera. Naturaleza, río, bosque en zonas como: Minca, Buritaca, Guachaca y Bonda, cada vez es mayor y enclaves de siempre como El Rodadero y Bello Horizonte, muestran que se hace necesario un control eficaz a fin de desterrar el mal que podría frustrar un futuro promisorio de ciudad turística.
La guerra sin cuartel entre los grupos empoderados del narco y el microtráfico, sigue manchando las calles de Santa Marta de rojo, pero aún no hace eco mayúsculo sobre las mieles del turismo, aún su impacto no es elocuente hoy, no sabemos mañana. Esperemos que se pueda recorrer el camino de Perú y no de territorios como México.
