La Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), es consciente que la dinámica de vigilancia para evitar que en el Magdalena se mate y consuma la tortuga hicotea, morrocoyos e iguanas disminuye al terminar la Semana Mayor, por eso el mensaje es pasar de la vigilancia a la concientización de la gente.
Si bien en los días santos se lograron importantes resultados en la protección con un decomiso de 122 animales que ya están a salvo en el Centro de Atención de Fauna Silvestre, se hace necesario insistir en la protección de la especia como un acto de vida y responsabilidad
“La tortuga hicotea o galapaga (Trachemys callirostris), es una de las especies de la fauna silvestre más traficadas en Colombia y cargan con su propia cruz en la Semana Santa, la presión de la cacería de las tortugas acuáticas se da a lo largo del año y se intensifica en los meses previos a la cuaresma, tiempo durante el cual aumenta la demanda sobre la carne y huevos de este reptil, el llamado es a cambiar esa costumbre y le demos la oportunidad de vivir y no desaparecer”. Señala el director de Corpamag Carlos Francisco Diaz Granados.
Las cifras reportadas por el Centro de Atención de Fauna y Flora Silvestre de la Corporación muestran que entre 2019 y 2020 se atendieron 350 ejemplares provenientes de decomisos realizados por operativos de control entre la Corporación, la Policía Nacional y el Ejército, siendo la mayoría hembras adultas con la presencia de huevos en sus oviductos.
“Esta cacería sobre las hembras adultas y subadultas genera un impacto directo sobre el potencial reproductivo de las hicoteas, lo cual podría llevar a la rápida reducción de sus poblaciones, estando hoy categorizada como vulnerable (VU) ante la extinción en el libro rojo de reptiles de Colombia (Morales-Betancourt et al. 2015), razón por la cual es prioridad del Estado y de los habitantes de Colombia proteger sus poblaciones, previniendo y controlando el aprovechamiento ilícito, a fin de asegurar la sostenibilidad del recurso en el tiempo”. Agrega el director.
La cacería y consumo de hicoteas es un delito que tiene un profundo impacto por el maltrato animal al que son sometidas para su captura y preparación, puesto que fracturan el plastrón o pecho para poder ser hervidas vivas y su cacería es selectiva al extraer solo las hembras que están anidando en playones, afectando a la reproducción de la especie, ocasionando además quemas e incendios forestales.
“Hoy todos estos animales silvestres son cazados con herramientas rudimentarias como ‘chuzos’ y con perros; y por ser reptiles estoicos no reflejan la sensación de dolor en su comportamiento, pese a que lo que sufren”. Agregó Diaz Granados.
Todas estas prácticas y en el marco de la ley 1777 de 2016, bajo el código nacional de Policía, se típica como maltrato animal y consideran que los animales son seres que sienten, no son cosas y recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos.
La Corporación además advierte a las comunidades que la inadecuada manipulación de los productos derivados de estos animales silvestres en el comercio actual, puede facilitar la trasmisión de enfermedades zoonóticas como la salmonelosis, intoxicación por ingesta de mercurio y otras enfermedades desconocidas.
Tareas de acción para la prevención y el control
A través del Comité Interinstitucional de Fauna y Flora del Magdalena CIFFAM, liderado por Corpamag, y gracias a la participación de las alcaldías que reportaron la venta de carne de monte en algunos restaurantes, entre enero y marzo, se realizaron seis operativos de prevención y control al tráfico de hicotea entre la Corporación y la Policía Ambiental, en los cuales se decomisaron 122 hicoteas a lo largo del departamento.
Así mismo, para afrontar las presiones de amenaza que experimenta la especie, Corpamag apoya dese hace una década un proyecto ambiental escolar comunitario de conservación de hicotea, en el municipio de San Sebastián de Buenavista, corregimiento Las Margaritas, donde la IED Las Mercedes ejecuta un Proyecto Ambiental Escolar – PRAE encaminado a la conservación de estas tortugas, a través de un proceso participativo de recolección de huevos de nidadas naturales para evitar la sobre anidación, tortugas que anidan encima y dañan los nidos de otras hembras.
El proyecto de conservación de la hicotea en las Margaritas contempla el manejo de nidadas, el control de la eclosión y la cría de neonatos. Esta actividad se viene ejecutando para evitar la desaparición de las hicoteas en una comunidad de la ciénaga La Rinconada, donde culturalmente la consumen durante la Semana Santa, momento en el cual las hembras de la especie se encuentran listas para colocar entre 2 y 3 posturas durante la temporada.