Lo mínimo que se dicen es mentiroso, lo máximo se lo dejamos a su imaginación, la crisis en Santa Marta por cuenta del enfrentamiento por el poder político, hunde al territorio y los más vulnerables son los peor lastimados.
El embargo de las cuentas de la Alcaldía de Santa Marta entre ellas -las maestras de salud distrital- por parte del Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, llegó a un nuevo round del combate pactado a 15 asaltos.
En las primeras de cambio el agente interventor mando un recto de derecha al mentón, y tenga de un solo embargo cuentas por la suma de 13 mil millones de pesos, eso provoco que en medio de las cuerdas la alcaldesa se zafara y denunciara que ese golpe era ilegal y hasta la Procuraduría fue citada para sacar tarjeta roja.
“¡Esto es inaudito! Este embargo no solo es inconstitucional sino indolente, causa graves consecuencias en medio de una pandemia y un plan nacional de vacunación”, dijo la mandataria con su rostro enjuto ante el golpe recibido.
El secretario de salud Henrique Toscano, dijo en su momento que todo estaba paralizado debido a ese embargo, que por lo menos 280 personas no habían podido ser contratadas y tampoco se había podido proceder a comprar insumos y que hasta el plan de vacunación estaba en peligro.
Los días pasaron y hubo solo escaramuzas en el cuadrilátero, pero en las últimas horas como fariseos y herodianos que querían hacer quedar mal a Jesús, se reactivó el pleito y esta vez se habló de desembargos a medias, mentiras y más acusaciones.
“Bajo presión el Hospital Julio Méndez Barreneche intervenido por la Supersalud envió hoy al banco el oficio original para el desembargo de las cuentas de salud. Sin embargo, las cuentas del BBVA y DAVIVIENDA aún continúan embargadas, algunas de ellas manejan recursos de destinación específica”. Fue el Left jab que esta vez pego en la mejilla la alcaldesa Virna.
El interventor Oscar Galves, movió la cintura y ripostó con un Oper cut en toda la frente del gobierno “Alcaldesa no le mienta más a los samarios y magdalenenses, por el contrario, la invitamos a cancelar las deudas que tiene con nuestra institución, que beneficia de manera directa a todos los ciudadanos”.
“Eso ahí es un negocio de plata, estamos frente a un delicado tema de cuanta plata hay y cuando va a quedar, esto no es más que el anuncio de un cartel de la salud en donde los que discuten dan la pelea por ver que le va a quedar, ahí ganan ellos y pierde el pueblo, esa es la vuelta no le busque otra razón”, salta al cuadrilátero el concejal conservador Juan Carlos Palacio Salas.
A lo dicho por el excandidato a la Alcaldía, se suma la diputada por el partido de la U Elizabeth Molina que lanza un ataque con repetidos golpes cruzados a las costillas del gobernador Carlos Caicedo Omar.
La Exgerente del Hospital de Pivijay, Mayra Castro, acaba de confirmar que la sacaron de su cargo a través de una renuncia que nunca presentó. Estamos ante la presunta comisión sistemática de delitos por parte de la Gobernación del Magdalena y las autoridades no actúan. ¿Qué más esperan?
Su contragolpe no es exactamente con el lio de los embargos, pero entra en la bolsa de premios organizada por el legendario Don King.
«La doctora Castro no es la primera y todo indica que no será la última, esas falsificaciones las denunció también la Gerente del Hospital de Nueva Granada, Eileen Sequeira. Jamás en la historia del Departamento del Magdalena se había visto actos tan notoriamente ilegales promovidos desde el Palacio Tayrona. Acaso desde la Gobernación ¿Tienen licencia para delinquir? Se burlan en la cara de todos los magdalenenses y nada ocurre». Es el último golpe de Molina antes de entrar a la retaguardia.
A esta altura del pleito entre Alcaldía y Julio Méndez hay empate en las tarjetas de los jueces, aunque el público espectador la tiene clara que samarios y magdalenenses están perdiendo mientras el pupilo de la derecha y la pupila de la izquierda miden fuerzas.
El otro lio el de las firmas falsas apenas va por el tercer round y no hay duda es una pelea pactada a 12 asaltos tan buena como la primera y donde el secretario de salud ya tiene el ojo morado.