*De la historia de la Parrandita Samaria en predios de Daniel Murcia Calderón quien fungió como anfitrión, se sigue hablando, hay ecos que se quieren convertir en leyenda.
En Valledupar, la ciudad sede del Festival de la Leyenda Vallenata, no hay día que no se hable del festival y del vallenato, es un tema que se alimenta a diario a partir de historias, cuentos o recuentos de hechos que le dan vida de forma permanente hasta volverse costumbre.
Por eso hablar de la Parrandita Samaria, con ánimo de permanencia en el tiempo no está mal, al contrario, incentiva para que desde ya luego de la épica reunión del sábado 17 de diciembre, se piense en seguir organizando tareas que den sustento a un guardián de la costumbre folclórica que tiene como base la hermandad entre amigos.

“Creo que ha sido el cabezazo pasado por Sello Negro, Old Par o Buchanan, más constructor de hermandad y más integrador de la gente significativa de provincia, con los capitalinos y una forma de sentir la presencia del Magdalena, La Parrandita una unión inspiradora de Sociedad, generadora de progreso y desarrollo”. Este emocionante mensaje es del dirigente político, exalcalde, poeta y parrandero Simón Villamizar, es a quien tantas veces Poncho Zuleta saludó en sus canciones ¡Simón Villamizar y mi comadre Anita!, diría el juglar.
El veterano periodista Luis Oñate Gámez, quien fue invitado al encuentro, recoge a partir de lo visto ese día algo de la historia de por qué un acordeón reúne a la gente. “No es fácil cuantificar el valioso aporte que le dio la parranda al vallenato. Recordemos que la música que hoy llamamos vallenato nace en las fincas; los macheteros, ordeñadores, arrieros de ganado y campesinos rasos fueron los primeros acordeoneros, al menos en esta zona del Caribe. El juglar Alejo Durán nunca negó que había sido un ordeñador de la finca Las Cabezas en El Paso Cesar y Enrique Díaz, reconocido machetero, que hasta compuso y grabó una canción a su herramienta de trabajo, el machete. (Ahora que compre mi machete/me voy para el monte a trabajar/porque el cultivo da billete/pa toma trago y mujeriá…) Eso para solo poner un ejemplo”. Dice sabiamente el comunicador

Y es que Simón Villamizar tiene razón cuando recuerda que la provincia se juntó con los citadinos, el médico Luis Carlos López es de Santa Ana, John Pedrozo Pupo de Guamal, Luis Oñate de Algarrobo, Said Namén de El Banco, Pablo y Alirio Otero de Fundación, Francisco `Pachi Paternostro de Chibolo, entre otros contertulios que se unieron a los samarios Ricardo Montoya, Mauricio Arrieta, Roger Bermúdez, Lacho Soto, Ciro Monsalvo, Alfonso Campo, Álvaro y Anthony Linero, Alex Cotes, Julio Pizarro, Raúl Salcedo entre otros.
“Fina pluma que describe de manera perfecta la alegría de un momento fugaz, gracias, Edgar por dedicarle este tiempo a contar sobre algo que inicio de la espontaneidad y que la misma ha hecho contagiar de felicidad a quienes nos acompañan” nos escribe precisamente Mauricio Arrieta.

Y es que al escribir sobre este hecho que no es simple ni fugaz, estamos construyendo su propia historia, así como se hizo para contar los evangelios la historia de Jesús, “Edgar que buena nota la que escribiste ahí vi a grandes amigos de la vida como Billy Elías mi compadre”, dice en otro mensaje el ingeniero Jaime Noguera Serrano. Luego de leer “Oñate, Zuleta, Calderón, Namén, Poncho Campo y sus amigos ‘blindan’ la Parrandita Samaria”.
Luis Oñate también comenta: “Según lo que he logrado investigar, La Parrandita nace primeramente en una parranda en la casa del maestro Dagoberto López, gran amigo de Leandro Díaz, Rafael Penso y de Armando Zabaleta, pero toma también historias y anécdotas de otras parrandas de la época dadas en Santa Marta y, sobre todo, de los patios parranderos. Hice esta canción de mañanita/en ella llevo el recuerdo de mi pueblo” …

El encuentro de la Parrandita Samaria en su octava versión, tuvo a un gran actor para la conversa, el homenaje al folclor y la frescura del fino humor como Alfonso Campo Escobar ‘Poncho’, luego de leer la historia nos dijo: “Usted siempre con esa pluma formidable, llena de narrativa, sentimiento y encanto, mil gracias por los halagos inmerecidos, mi gratitud y amistad por siempre”. No hay duda que con Poncho Campo se pasa un rato agradable.
Los profesionales de la medicina, que no fueron pocos, que hicieron parte de la jornada sin duda que dan un valor agregado a la Parrandita uno de ellos Anthony Linero. “Edgar gracias por interpretar toda nuestra emoción y satisfacción cuando nos reunimos en torno a las notas de un acordeón y el cariño que nos produce estar cerca a nuestros amigos”. A su vez John Pedrozo Pupo exclamó ¡Felicitaciones, Edgar. Excelente artículo. Muy a tú nivel. Saludos! Antonio Urbina remata, !Que se repita!

Luis Oñate recuerda de manera acertada, “Fueron los ganaderos y hacendados quienes comenzaron a trasladar la música del campo a los centros urbanos, las parrandas también se empiezan a realizar en sus casas familiares y eso se convirtió en un ente multiplicador del vallenato y la parranda. Pues, la música y ese jolgorio parrandero también envolvió a otras gentes citadinas amigas de ganaderos y hacendados”. Con esto se puede decir que Daniel Murcia, Calderón, los hermanos Otero y hasta Dimas Martínez, tienen un legado por hacer valer.

“La Parrandita Samaria, se está convirtiendo en el escenario donde todos convergemos, donde no hay color político y las diferencias quedan atrás. Más que música o parranda vallenata, es la excusa perfecta para el reencuentro de viejos amigos y es el epicentro de la euforia decembrina. A Santa Marta le hacía falta este espacio que abrió sus puertas para nunca cerrarlas”, termina diciendo Mauricio Arrieta.
De la Parrandita siempre habrá tiempo para hablar, por eso Ricardo Montoya como dice el Cacique de la Junta, tiene razón al discutir. “Por favor señores que el otro año no pase lo mismo, vengan preparados, hagan caso a la recomendación: Llevar Bondfiest, Dolex, Suero o alguna bebida que ayude a disminuir los efectos de la ingesta etílica, el que se duerma lo motilamos”.
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