Consternación y dolor en el gremio periodístico de Santa Marta tras la muerte de uno de los más valiosos hombres del gremio el comunicador social con apenas 50 años Olmes Riátiga Chacón, también ha sido víctima del Covid-19.

No puedo negarlo, escribo esta nota impactado y dolido, desde mi casa hace ya más de 15 meses he soportado, que la pandemia por coronavirus haya matado amigos, compadres y conocidos. El luto ha sido totalmente inconcluso, no ha habido oportunidad para ir a dar el pésame, para abrazar al doliente, ver por última vez el rostro de quien se va para siempre.

Junto a Angelina su jefe hizo equipo para llevar la noticia ambiental en el momento justo y el lugar indicado//

He sido por momentos incomprensivo y altanero con mi esposa que redobla cuidados ante este fenómeno criminal que nos acosa y que solo cuando se vuelve escuchar una noticia de muerte, vuelve a uno a reflexionar de que la mujer tiene la razón y la mejor forma de evitar morir es cuidarse y mucho, porque la pandemia definió hace rato que no come de color de piel, creencia religiosa, partido político, ciudadanía, ricos o pobres, nada de eso, mata a quien sea.

Solo tuve el valor de preguntar a Angelina Del Carmen García, la jefe de comunicación de Corpamag, si era verdad que Olmes había muerto y ella en un lacónico mensaje, me respondió… Se nos fue.

El dolor que sentí con la muerte de Oswaldo Campo González regresó, la tristeza que me arropó con la partida de Jaime Linero Ladino, Jorge Luis ‘El Negro’ López, Gustavo Casalins, Teresa Quiñonez. Ha vuelto.

Olmes Riatiga, era todo un señor detrás o delante de su más valioso tesoro, la cámara fotográfica o de filmación. Talentoso, ingenioso y sin lugar a dudas un fantástico ser humano, cargado de una permanente sonrisa y un olfato natural para construir historias.

Ha Olmes Riatiga también hay que mirarlo como un ambientalista natural defensor de la fauna y la flora//

Olmes, tuvo conmigo una relación de años y que se fortaleció precisamente en tiempo de pandemia en el año 2020 cuando producto de la crisis y el aislamiento fue al lado de Angelina mi aliado para entregar noticias sobre las tareas y acciones de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), allí Olmes era el ojo en el visor, la imagen que daba vida, el enfoque a las realidades construidas, la producción bien hecha para salir al aire.

Me cuentan que durante 7 años Olmes fue el lente de Corpamag llegaría en el año 2014, yo lo conocí desde que empezó    en la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta, allí duraría unos 15 años, su talento, profesionalismo, calidad humana y noble corazón lo transportaron a Corpamag.

Las comunidades indígenas vieron en Olmes Riatiga a uno de los suyos, por mas de 20 años sostuvo una relación de respeto con los hermanos mayores//

Olmes Riatiga, no era un productor, editor, camarógrafo, fotógrafo cualquiera. Tenía la luz de los hechos en las manos y el pensamiento, era un ambientalista natural consciente de su aporte desde lo visual para aportar a la sociedad. Amaba a una tortuga como a un caimán, se enternecía con un mono aullador y se dolía por un caño sin corrientes.  Por eso y por más creo que nos entendíamos tan bien.

“Jefe ahí le mande imágenes de apoyo y entrevistas, creo que el director debe entrar en el primer bloque y luego el ministro, ¿Por qué? `porque creo que su pronunciamiento tiene un hilo conductor que si lo hace al revés la gente pueda que no entienda”. Me decía con propiedad.

Olmes Riatiga fue un hombre profundamente amoroso con su familia//

Yo lo llamaba y le decía siempre la misma frase de inicio…»Comandante que pasa, me tiene usted olvidado, veo varias noticias en el ruedo y usted no aparece»… siempre respondía con una risa agradable y una expresión convincente. “Jefe estamos viajando, pero tengo un material buenísimo de los que a usted le gustan, hoy en la tarde le mando”.

Olmes Riatiga hablaba con pasión de su familia, era amigo de los amigos, un hombre supremamente respetuoso y colaborador, lo mata el Covid-19 como a otros grandes amigos, pero lo que no podrá matar este mal es su legado, su lente mágico que cubrió y capto los mejores momentos de la Sierra Nevada, de la Ciénaga Grande de Santa Marta, su paso se hacía bosque y su aliento se confundía con el aroma de ríos y el mar, Olmes Riatiga fue mucho más que un camarógrafo, fue en carne propia el hijo menor de la Sierra ese que los indígenas siempre dieron su bendición.

Para la Corporación Corpamag la partida de Olmes Riatiga es un golpe certero al corazón//

Hoy hay un silencio eterno en Corpamag, el bullicio de la actividad laboral se ha convertido en sollozos y lagrimas, aun no se puede creer pero es verdad, Olmes Riatiga no va a regresar con su sonrisa, con su disposición, con sus ganas de trabajar, con su mochila al hombro, con sus botas de acción, con el jean sucio de lodo, con su paso firme, con su don de gente.

Tengo vuelto añicos el corazón, ve con Dios mi buen amigo Olmes Riatiga paz en tu tumba