El ciudadano argentino Néstor Oswaldo Ponga no resistió las secuelas del Covid, 16 días atrás murió su madre Delia Galán de Ponga, mientras que Irama supera el mal en medio del luto.

La periodista nacida en El Retén Magdalena, que hizo toda su carrera entre Barranquilla y Cartagena, hoy radicada en Estación Ramallo republica de Argentina, de manera valiente desata con su pluma una serie de frases, recuerdos y sentimientos hasta derramar lágrimas.

La madre de Néstor y suegra de Irama doña Delia Galán de Ponga falleció victima del Covid-19 16 días atrás//

Cada segundo es ilimitado, cada paso es una cadena que arrastras desde el corazón. Quieres ver el final del camino, pero sabes que ya este no tiene fin. La oscuridad se apodera de tu corazón y la vida se detiene de golpe.

Dice en su primer párrafo escrito en su muro de Facebook Irama Rodríguez y continua.

El choque es durísimo, pero no sabes contra qué golpeaste. No puedo hablar que mi vida se acabó porque tengo una familia y amigos maravillosos que me han sostenido y no me han dejado caer. Mis pies andan una senda que no quiero recorrer y mi voz grita en silencio su nombre al infinito.

Me quedo callada y escucho su voz al despedirse de mi cuando emprendió este viaje sin retorno, «viniste a verme mi corazón bello y con mi frente pegada a la suya le contesté: crucé mares y fronteras, recorrí más de 8 mil kilómetros y ¿crees que no iba a venir a verte al hospital? Sonrió y mi debilidad hizo que me sentara y con voz más fuerte que la de los últimos días me dijo: «cuanto te amo mi negra, eres lo más maravilloso que me ha pasado en la vida… Tú eres mi razón de ser», y su mirada se iluminó en una sonrisa que se deslizó hasta su boca a través de la mascarilla de oxígeno.

La comunicadora Irama Rodríguez se radicó en Ramallo Argentina con su esposo Néstor hace 11 años//

El Covid-19 solo hace 16 días se había llevado a su suegra, mientras Irama y su esposo le daban la batalla al mal, ella que sigue en su proceso de recuperación, continua su relato en medio del dolor que le produjo también perder a su esposo.

Lo besé y nos miramos al alma y con el mismo amor que lo hacíamos día a día… Recorrí los metros de la habitación a la ambulancia corriendo a la par de los camilleros. Ya instalado se calmó y mirándome con esos hermosos ojos azules me dijo: «Mi reina hermosa, mi mariposa amarilla voy tranquilo porque esta cirugía es para poder respirar y regresar pronto contigo» y quedó en silencio.

Su respiración se agitaba de vez en cuando y sus ojos se abrían enormes buscando los míos… Aquí estoy mi cielo, cálmate que ya pronto regresarás… Y lo vi partir en esa ambulancia que se llevó mi vida, mi corazón y mi alma, porque con su muerte se fue esa verdadera otra mitad, mi complemento, mi otro yo, mi razón de vivir en este país argentino que me abrió su corazón para guardar eternamente un amor salido del Facebook y que se perpetuó eternamente.

La comunicadora que trabajo en distintos medios colombianos como noticiero Televista, El Heraldo y construyó revistas de noticias generales, en su relato contó los detalles del proceso de regreso a la clínica de su esposo en la lucha por salvarle la vida ante las secuelas que dejaba el mortal virus.

Fue la última vez que lo vi y escuché su voz… Hoy cada paso que doy es buscándolo… Se que no lo ven pero él está conmigo, jamás se fue, porque cuando se ama tan intensamente jamás se separan… Néstor Osvaldo Ponga hoy vive más que nunca porque ahora está en mi piel, en mi respiración y en cada latido de mi corazón.

La pareja fue muy feliz y siempre mostraron en Facebook su gran empatía//

Hoy más que nunca las mariposas amarillas, baten sus alas y lo llevan a ese territorio donde no hay sufrimiento y se puede amar sin reservas. Hoy más que nunca mi esposo, el hombre más maravilloso que pude conocer vive dentro de mí… Gracias Dios mío por darme la bendición de conocerlo y compartir por 11 años los momentos más maravillosos que puede vivir una mujer.

En el momento en donde la comunicadora se ve abrumada por sus recuerdos y tristeza y decide parar. Otro día continuaré diciendo lo que siento porque las lágrimas no me dejan ver y el corazón corre desbocado al ritmo de este amor. Un paso a la vez. Estoy aprendiendo a caminar. Si me caigo, dame tu mano para levantarme, que el amor por él, mi cielo hermoso, me impulsará muy pronto a correr. Tu periodista está más viva que nunca y si este bendito bicho Covid no me llevó a mí también, seguramente fue por una razón: En tu memoria Néstor Osvaldo Ponga, mis crónicas serán eternas.

Irama Rodríguez seguirá su proceso de recuperación y solo se le pide a Dios que la mantenga viva como fiel testimonio de una historia de amor nacida en Facebook y que ella de seguro contara como un testimonio de vida. 

En la Estación Ramallo argentina se llevó a cabo el sepelio del ciudadano Néstor Ponga