*El asesinato de Jorge Rodríguez Palmera es hoy en El Retén el símbolo de una sociedad enferma que no resiste una evaluación frente a Dios.
Los reteneros se acostaron de luto y con una pregunta ¿Por qué matar a un joven de las calidades humanas como Jorgito? Los reteneros nos despertamos con el luto encima y repetimos ¡No hay derecho a que nos quiten a nuestros jóvenes de esa manera vil y miserable!
El pueblo muestra en sus mensajes en redes como Facebook, en los comentarios de la esquina en el WhatsApp que está cansado de tanta violencia y tanta injusticia, no es posible que los miserables asesinos maten a nuestra gente cuando quieran y donde quieran.
Jorge Rodríguez Palmera, no era un joven común y corriente, No, el hijo de Luis Alberto Rodríguez Orozco, nuestro querido ‘Quiyajo’ y Gloria Palmera, fue criado con valores y ética, un muchacho que su peor pecado fue orinarse los interiores cuando niño y de allí naciera su apodo que lo hizo famoso en el pueblo ‘El Meo’.
En casa había objetivos sólidos basados en la educación como principio para salir adelante sus hermanos Alberto José y Ricardo, profesionales al servicio de la sociedad Jorge estudió para conocer mejor el campo, de ahí que aprendiera más que muchos sobre el cultivo de la palma de aceite.
El pecado de Jorgito Rodríguez en vida pudo ser que era tan gracioso que todos querían que estuviera en su parranda, para exteriorizar esa chispa que tiene la sangre de los ‘Canuto’, ¿Pero es un pecado ser alegre y dicharachero? Claro que no, malditos asesinos, no tienen ni idea del daño que nos han hecho.
Con esa gracia Meo, también tuvo la oportunidad que llegara el amor y conquistó a Luisa Cantillo Rudas, y nacieron de su amor Emma y Gámez, los tres eran el amor de su vida y él el amor de los tres. A las 12:30 del mediodía de ayer, publicó con emoción…¡Camellando Ando! Las cosas en el campo no son las mejores y como hombre responsable consiguió trabajo en la estación de gasolina, solo tres días señores, tres benditos días tenía Meo de estar en su nuevo trabajo, sólo minutos después de su publicación llegó la muerte. En la impotencia les decimos, Dios en su inmenso poder los hará pagar ¡Asesinos!
Meo se crio en el barrio 26 de Julio, pero tenía el síndrome Canuto, que es un complejo suceso de varios apellidos, Rodríguez, Orozco, Galindo, de ahí sale a relucir el buen genio, la honestidad, la responsabilidad, el ser genuino, por eso del 26 para El Retén, hay una muchachada triste porque su buen amigo ya no está y pronto tendrán que ir a la iglesia y luego al cementerio, apretando los dientes y gritando por dentro ¡Donde estás justicia!
Jorge Rodríguez, sabía de la simpatía que generaba en la gente que decidió probar en la política, ¡Meo lánzate, el Meo Va! Le decían los amigos, fue candidato al Concejo municipal, llevó el #7 del Centro Democrático, su lema era Gente como tú, con lo que quería señalar que era un retenero alegre, descomplicado, honesto, servicial, buena gente, buen amigo, buen hijo, buen esposo, buen padre.
Estamos dolidos y muy tristes, estamos confiados de la justicia divina y queremos que en la tierra hagan un esfuerzo mayor para dar con quienes hicieron este daño irreparable al Quiyajo y Gloria, a sus hermanos, a su esposa y sus hijos, a sus amigos y a un pueblo entero. Jorge Rodríguez Palmera, no se ha ido y no se irá de nuestros corazones, ¡Asesinos! Jamás podrán borrarlo de nuestra mente.
Meo Vive.
Posdata: Aunque el dolor nos lacera y la rabia sea la madre de la impotencia, pidamos a Dios que nos de la capacidad de perdonar, de perdonar desde el corazón y así poder seguir viviendo.
Descansa en Paz Jorge Rodríguez Palmera, ve con Dios Meo…