*Si bien muchos casos de violencia son registrados en redes sociales otros quedan sin que se sepa nada, la matriz de ellos: Falta de paciencia, control de la ira, mala educación y otras aristas.
Se asegura que muchos dirigentes de los territorios en su afán de patentar el poder, crean en el imaginario colectivo pugnas sociales que revientan con facilidad, en Santa Marta es común ver discusiones y alteraciones del orden público porque un carro ‘lujoso’ se chocó con una motocicleta y se escuchan de inmediato los gritos de guerra de clases.
Las elecciones presidenciales fueron profundamente violentas y cargadas de odio, quedando en el aire que habían ganado los ‘nadies’ y perdido los poderosos, pero también ha crecido en el ambiente la justicia de ‘propia mano’, como un medio para justificar lo que se ha debido hacer y antes no se hizo, el más horrible testimonio se vivió en Algarrobo, en ese municipio los habitantes lapidaron a un hombre a quien acusaron de asesino y violador.

La intolerancia, y a partir de allí, una reacción violenta es cada vez más común en ciudades como Santa Marta, uno de esos hechos se vivió en el fin de semana cuando el conductor de taxi Carlos Alberto Burbano Linero, tomó una carrera, su cliente la estudiante de segundo semestre del pregrado de Biología de la Universidad del Magdalena Sharit Paola Villalobos Lubo.
En su recorrido, ya alejándose de la U hacía la Avenida del Ferrocarril, el taxista habría tropezado a un motociclista, (se desconoce si se dedica al mototaxismo), y la reacción de este fue detenerse y tomar una piedra de gran tamaño y lanzársela al vehículo, el impacto fue tan fuerte, que rompió el vidrio trasero y el objeto se alojó en la cabeza de la joven estudiante que tuvo que ser remitida a un centro de salud para recibir atención médica, su cabeza había sido rota.
“A mí me parece inadmisible que esto pase, es una ciudad turística en donde deben prevalecer las buenas costumbres, un ambiente de notoria atención y sensibilidad para mostrar que, si somos una ciudad hospitalaria, pero mire usted, han podido matarme a mi hija”, dijo Franklin Villalobos padre de la joven universitaria.

Sharit fue trasladada a la Clínica Bahía y allí consideraron que no era un accidente de tránsito, pero fue estabilizada, entonces el taxista junto a su padre la trasladaron al Hospital Julio Méndez, se le realizaron varios exámenes y luego se le dio de alta, todos los galenos al ver el tamaño de la roca manifestaron que un golpe pleno hubiese ocasionado daños catastróficos en la joven Sharit.
El taxista ensimismado por el hecho, denuncio ante la Policía lo sucedido mediante una documento escrito pidiendo que se revisen las cámaras de seguridad existente en el lugar de los hechos, mientras que la estudiante Sharit Paola Villalobos Lubo, de apenas 18 años de edad, hija del ciudadano retenero Franklin Villalobos Rodríguez y Nelsy Lubo, agradece a Dios poder contar esta triste historia de intolerancia en una ciudad que debería dar ejemplo de tranquilidad y sosiego en razón de su nombre de Distrito, Turístico, Histórico y Cultural

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