En los años 50 un menudo deportista atraía las miradas de entrenadores, dirigentes y colegas deportistas, sus movimientos en el ring, su agilidad para soltar golpes y su valentía lo mostraron a temprana edad como un gran prospecto del boxeo local.

En efecto, Luis Ángel Cortes Narváez, a quien apodaron ‘Kid Polla’, fue lo que pintaba y se convirtió en campeón nacional en el peso mosca representando al Magdalena y aunque no se fue profesional, dejó plasmada su calidad boxística para ese momento de la historia deportiva del territorio, suceso del cual sólo él tenía recuerdos con unos periódicos viejos de la época que guardó como el único tesoro de ese momento de su vida.

Como ha sucedido muchas veces, esas medallas ganadas servirían de muy poco con el paso del tiempo, Luis Ángel Cortés, entendió que para ganarse la vida tenía que salir a rebuscarse y durante su vida hizo de todo un poco, “Mi tío vivía del rebusque y el ‘plante’, primero vendiendo lotería, si eso no funcionaba mucho, vendía arroz de liza y la vaina se ponía muy fea hasta albañilería, pero sin duda su mayor sustento fuimos la familia, sus hijastros que siempre le dieron la mano y yo de manera permanente”. Cuenta su único sobrino Astor Cortes.

Ayer, Luis Ángel Cortes Narváez, con noventa años cuesta murió, el Covid-19 lo tomó con la defensa abajo y lo mató, y la historia ha terminado sin honores al boxeador, sino en tremendo problema.

Su sobrino Astor, en comunicación con este medio cuenta que luego del deceso llamaron a los familiares desde la Funeraria La Paz a fin de firmar un documento para poder darle cristiana sepultura.

“Mi tío murió en la Clínica Cehoca y en las últimas horas un señor de nombre Marlon, requirió a un familiar de sangre para firmar unos documentos, es decir no acepto que uno de sus hijastros que vivieron mas de 30 años con él lo hiciera, me acerque por ser su único familiar en vida y nos informaron que si queríamos sepultar o cremar, por supuesto que dijimos que cremar, porque la situación económica no permite generar gastos a futuro y nos dijeron que no había ningún problema”.

Sigue relatando el sobrino de Kid Polla, Astor Cortes, que se consideraba que todo estaría solucionado en minutos, pero que al entregarles los documentos para la firma, allí decía que, no seria cremado, a lo que él respondió que no podría firmarlos así porque el consentimiento de todos es que se creme, ya que en la familia no hay capacidad para el sostén de una bóveda y todo lo que esto acarrea.

“Mi llamado es a la alcaldía y a su secretaria de salud, a ver si se ponen al frente de esta situación engorrosa, resulta que ahora quieren que haya una firma autenticada en Notaría, pero resulta que la ciudad está en confinamiento este viernes y no hay despachos abiertos y mi día de pico y cédula es el próximo martes”. Dijo

Astor Cortés, manifestó también, que lo que se está viviendo es insólito, primero porque eso de la firma autenticada fue flexibilizado por el decreto Ley antitrámite 0019 del 2012 en su articulo 10, a fin de evitar este tipo de situaciones y se preguntó si estas personas pretenden ante la falta de esa firma que el cadáver de una persona que murió de Covid-19 espere en la clínica hasta la otra semana, generando un posible foco de contagio.

La familia también está desesperada y angustiada, quieren ver a su ser querido enterrado y ya que pasó a mejor vida tenga un descanso en paz, pero un papeleo inútil los priva de eso, así como es posible que se genere es un tremendo problema sanitario.