Son muchas las canciones del cacique de la Junta en donde la voz del artista envía un emocionante, orgulloso, a veces tierno y en otras ocasiones un saludo de ausencia a su amigo de la infancia Leandro Sierra, conocido en la Junta Guajira, como Leandrito, la tierra que vio nacer al compositor del Cóndor Herido, Bonita, Mi Muchacho y cientos de canciones más que llevaron a inmortalizar para el folclor a Diomedes Diaz.
Leandrito Sierra (‘El médico del pueblo’ en La Junta), se le escucha decir a Diomedes, Leandrito vio las primeras luces en La Junta, La Guajira, el 17 de enero de 1931, siendo el séptimo de los doce hijos del hogar conformado por Leandro Sierra Cataño y Felicia Acosta Martínez, y ejerció por más de seis décadas como médico empírico, curandero, y sin cobrarle consulta a sus paisanos.
-Su encuentro con la medicina sucedió con la muerte de su padre, cuando tenía 15 años, tomando la decisión de salir de La Junta para radicarse en Valledupar, donde alternaba sus estudios con el trabajo que había conseguido en la farmacia Bogotá, propiedad de Carlos Benavides, prestigioso médico quien identificó en el joven guajiro el gusto, la dedicación y una gran facilidad para preparar medicamentos, habilidad que se reflejó en la fama que adquirió y que le valió para ser llamado a trabajar en la farmacia Tropical de Fundación. Transcurrieron pocos años para que su renombre llegará hasta Barranquilla, donde fue contratado por la farmacia Vida- se escribe en páginas de la prensa vallenata.
Siempre fue considerado el apóstol de la salud en el sur de La Guajira. Todos los días se desplazaba para salvar vidas estrechando trochas en su Willys carpado color verde modelo 53, y lo único que recibía era el agradecimiento, su mayor. Por la carencia de un médico en el pueblo, prestaba primeros auxilios, pero también servía como ginecólogo, traumatólogo, neumólogo, pediatra e internista. Se agrega.
De Leandrito Sierra, al médico retenero Jhon Vargas Lara, no hay mucha diferencia, lo cierto es que si bien a Vargas no lo inmortalizó Diomedes, porque nunca lo saludó, si lo elevan sus actos, y hoy en medio de la pandemia, se le reconoce su gran aporte a la vida, a diferencia de Sierra, Jhon, sí pudo cursar los estudios profesionales de medicina que desde hace mas de una década, pone al servicio de sus paisanos y de manera silenciosa y sin mayores pretensiones de fama, ayuda, sana y apoya la recuperación de decenas, centenares de personas afectadas por el covid-19 y otros males.
“Buen día hermano, soy médico egresado de la Universidad Metropolitana en enero 22 del 2008 médico cirujano logre los estudios gracias a los esfuerzos de mi padre mi tía Elsa Vargas el Icetex y préstamos”. Responde a una pregunta que se hizo ya hace varios días, pero que su titánica tarea de atender a uno y otro paisano afectado por la pandemia no lo había dejado contestar.
Jhon Vargas, si bien transcurrió parte de su vida entre Aracataca y El Retén donde estaba radicado su padre Víctor Julio Vargas Polo, quien llegó a ser representante a la Cámara por el partido Conservador, apenas terminó sus estudios de medicina, se radicó en su pueblo El Retén en donde ejercer su profesión de médico.
“Desde que termine mi carrera llegué a El Retén como rural ese mismo año cuando estaba Trino Luna Correa de Gobernador, me dieron la oportunidad de llegar al hospital local, cosa que agradezco a personas como María Candelaria y Roció Lara Mier, desde ese entonces emprendí una meta por la salud de los reteneros donde me decía que mi sueldo era suficiente para mi sustento y tenía metido en mi cabeza que lo mejor era que en mis tiempos libres desde mi profesión podría ayudar a la comunidad”.
Fue allí cuando John Vargas se convirtió en el Leandrito de El Retén, así como Brito lo fue de la Junta Guajira, desde entonces Vargas Lara se dedicó a llevar medicinas y atención gratis a sus paisanos, “Yo me di cuenta que si no cobraba mis honorarios, esa persona enferma y sus familiares iban a tener para comprar la fórmula, aunque a muchos los atiendo y de paso le entregó las medicinas que gracias a los visitadores médicos y muchas veces de mi bolsillo he comprado. Salvar una vida, te genera una sensación muy cercana a Dios, creo que él agradece estos actos no hay duda”.
La tarea de Jhon Vargas se hizo más visible cuando el país se vio inmerso en la pandemia y El Retén Magdalena no fue esquivo al mal, hasta el punto que a uno de los primeros infectados que aprendió fue Javier Vivic Torregrosa y a quien, si no hubiese valorado en el inicio de la enfermedad, hubiese sido tarde, para que después en Santa Marta se le pudiera salvar la vida.
“Creo que la situación de Javie fue muy especial, porque ante el desconocimiento de este mal en el inicio, al atenderlo yo también llegue a infectarme, tuve todos los síntomas y la pase muy mal, sin embargo, con la oración y un tratamiento que fue efectivo, logre superar el Covid-19, ese día al vivir en carne propia lo que es esto, fue más decidido aún en que debo ayudar a la gente”.
Asegura el médico del pueblo Jhon Vargas Lara que ha atendido a más de 300 pacientes sintomáticos y asintomáticos, uno vía telefónica con síntomas leves otros hospitalizados en casa con síntomas moderados y críticos en casa, unos que se han podido salvar y regresan victoriosos a casa, mientras que otros lastimosamente hospitalizados y que han fallecido, luego de estar internos en UCI.
“La historia que me ha tocado más el corazón en esta dramática pandemia es la de la paisana Rosa Salas una paciente con secuelas quien se encuentra en cama con cuadriplejia como secuelas de su patología de base quien la comencé a tratar con saturación de 60 presión arterial de 60/40 y para la gloria de Dios hoy satura 99 y presión arterial 110/80 y disminución de los síntomas respiratorio, esta obra de Dios emociona”. Asegura con alegría.
“Agradecimiento. Hoy quiero agradecer primero a Dios por no dejarme solo en los momentos difíciles por los que estamos pasando y segundo a dos personas que coadyuvaron para salir adelante en mi enfermedad que son él Dr. Jhon S Vargas Lara que siempre estuvo ahí en mi proceso de evolución del Covid-19, que a cualquier hora del día o la noche que lo llamaban estaba atento, Médicos cómo Jhon Vargas, que tienen el Don del servicio a la comunidad son los que necesitamos para que nuestro pueblo progrese”, se lee en el muro de Facebook del exalcalde de El Retén José Antonio Martínez, colocando una foto del médico que le ayudó a salvar su vida.
Cuenta el médico del pueblo que su tratamiento contra el covid ha tenido éxito a base de corticoides, anticoagulantes y vitaminas de inicio de la prueba positiva y de paso señala que si bien le dio covid-19 al seguir tratando gente enferma del mal se hace necesario vacunarse, pero esa puya nada que llega.
“Hermano nada que me vacunan, me he batido a punta de vitaminas y protocolos de protección y una que otra toma casera de mi mamá, no es fácil esta pandemia para nadie”, afirma
Precisamente para casos como el de Jhon Vargas en El Retén y muchos médicos en cada pueblo de Colombia, que hoy prestan un servicio a la sociedad de vida o muerte, el representante a la Cámara por el Magdalena, Jose Luis Pinedo Campo, del Partido Cambio Radical, les brinda un aliento de esperanza quien presentó en las últimas horas una solicitud a favor de los médicos generales y especialistas de todo el País, para que sean incluidos, de inmediato, en la etapa actual del Plan Nacional de Vacunación contra el nuevo coronavirus. De acuerdo con la solicitud presentada por Pinedo Campo al presidente de la República, Iván Duque Márquez, y que cuenta con el apoyo por 48 representantes a la Cámara y cinco senadores, lo que se busca es que el Gobierno Nacional estudie la posibilidad de integrar a este Plan a quienes prestan el servicio médico como particulares sin ser parte de los regímenes especiales y de excepción.
Jhon Vargas ha atendido a 300 enfermos de Covid-19 y seguirá atendiendo, paguen o no paguen, eso es lo de menos, lo demás está concentrado en el amor a la vida y la ardua tarea para salvar paisanos con el amor único por su pueblo.
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