El movimiento que fundó y lidera el gobernador Carlos Eduardo Caicedo Omar, es una máquina con ansias de más poder, mientras sus opositores se debaten entre discusiones marcadas por la falta de creatividad y una ausencia de liderazgo que da miedo.
Con motivo de la entrega de la nueva Unidad de Cuidados Intensivos en el hospital San Rafael de Fundación mucho tiempo antes del escándalo de un falso médico intensivista para dirigirla, el gobernador Carlos Eduardo Caicedo les dijo a los presentes en su discurso, “tenemos 11 años en el poder y vamos por 12 más, somos la fuerza del cambio”.
Este pronunciamiento de un hombre con un relevante éxito en tareas a la largo plazo -recordemos que Caicedo tiene 28 años en las lides políticas- que empezó como candidato al Concejo de Santa Marta, donde no alcanzó más de 400 votos y se ahogó, luego ingresó al gobierno de Jorge Caballero y allí escaló posiciones, siendo secretario de varias dependencias, hasta llegar a la rectoría de la Universidad del Magdalena donde dio forma a un estilo propio de gobierno y poder que lo tienen donde está, a pesar de la dura prueba de estar privado de la libertad en un momento de la historia que ya todos conocen.
Carlos Caicedo, todos días tiene algo nuevo con que sorprender, y si no sorprende distrae a la gente y el poder político lo alimenta con el poder de la palabra, esa es su verdadera fuente de inspiración, mientras sus opositores le gritan sentados en una balcón de un edificio 5 estrellas, Caicedo y su gente se embarruta de pueblo y le llegan todos los días con algo nuevo, así sea que no surta un efecto inmediato de cambio social, pero están cerca de quien vota, del que protesta, del que necesita el aliento y un empujón para quejarse, así sea del mismo Caicedo, pero están ahí ejerciendo control, marcación estricta como Wilmer Barrios para dar un toque al tobillo, pero jamás dejarse sacar una tarjeta roja.
Mientras que los contrarios de Caicedo y su combo que hoy ya no solo encabeza el exalcalde Rafael Alejandro Martínez, sino que le meten otras voces como Abraham Katime, Ingrid Aguirre, Armando Lavalle, más las bases populares, avanzan en su oposición de manera desordenada y muchas veces estéril, hoy los muchachos naranjas le vuelven a poner otra vez el pie en el pescuezo y anda de norte a sur y de este a oeste, haciendo política pura con miras ni siquiera a las elecciones de Congreso, sino que su trabajo empalma con las presidenciales y de paso engrana con las territoriales y una en especial Alcaldías.
Con el nombre de los primeros «Cabildos Municipales de Procesos y Movimientos Sociales», Fuerza Ciudadana está en campaña y es que todo acto de Carlos es 100 por ciento político aplaudido o rechazado, pero político al fin.
Los Cabildos Constituyente de Procesos y Movimientos Sociales, han tenido epicentro en los 29 municipios y la capital Santa Marta y en donde se inscribieron la ‘maricuya’ de 4411 personas, pero por motivos de pandemia llegaron a estar más de 2500 personas, eso sí ahí las emociones que da la política desbaratan cualquier distanciamiento que obligue la pandemia, pero se ajusta con un buen tapabocas. !Dios nos libre!
Sedes de colegios, patios parranderos, quioscos mamadores de ron, casas con grandes salas y locales para fiestas privadas, sirven para el encuentro político, la idea es seguir afinando oídos y decir que la fuerza del cambio está ahí, mientras que los demás siguen esperando que falten 3 meses para las elecciones a fin de gastar lo que menos se pueda en las elecciones venideras.
“Construir un país con una verdadera democracia, participación ciudadana y mayores oportunidades, es nuestra consigna, invito a los habitantes de El Banco para que nos acompañen en esta iniciativa”, dice el aspirante a la Cámara Abraham Katime, en el viejo puerto.
“Somos hijos del Cambio y lo construimos. De este modo, en los diferentes Cabildos contamos con una nutrida asistencia de militantes orgánicos y simpatizantes pertenecientes al movimiento sindical – – magisterio, minero-energético, salud—, campesino, Juvenil, ambientalista, LGTBIQ+, artistas, cooperativista, deportivo, Ongs, etc.”. Expresa desde Fundación Ingrid Aguirre, a quien a esta altura poco le importa que digan que ella quebró a la ESSMAR y está dispuesta a llegar a la Cámara de Representantes también.
Fuerza Ciudadana, pinta de color naranja los municipios de San Zenón, Plato, Concordia, El Piñón, Guamal, El Retén y los demás asentamientos del territorio, es sin duda la bandera y el color que más se ve, a excepción de iglesias y cementerios donde no se han atrevido a poner ese color, mientras que los tradicionales rojo y azul, pareciera que hacen parte del pasado.
Los Cabildos Ciudadanos, si bien se muestran como una plataforma para identificar los problemas locales de los pueblos que hace 100 años están identificados como son falta de buenas vías de acceso, serios problemas de saneamiento básico y servicios de agua y alcantarillado y muy regulares progresos en salud y educación, terminan siendo la mejor opción de hacer política, echarle vainas a los de antes y señalar que el presente y el futuro le pertenece a los de ahora.
“Hemos hecho un mapa de la realidad en donde podrán identificar problemas comunes en todos los municipios: falta de servicios públicos, inexistencia de vías de comunicación, el deterioro del medio ambiente, la falta de conectividad, pésima salud y educación; instituciones municipales secuestradas por el clientelismo, la corrupción, la compra del voto, la excesiva concentración de la tierra, el poco apoyo a los jóvenes, el alto desempleo, la falta de apoyo al deporte, y la falta de educación política y organización de las comunidades”. Remata diciendo el señor katime.
Muy pronto Fuerza Ciudadana, hará una nueva reunión política con un nombre distinto a fin de echar raíces a propuestas que sostenga en el poder a Fuerza Ciudadana y allí se aprovechará para echarle vainas a la Asamblea Departamental, a los alcaldes encuadrados en el llamado Pacto de Ciénaga, al gobierno de Iván Duque y en defensa de su fundador y líder Carlos Eduardo Caicedo Omar y la alcaldesa Virna Jonhson. Al final el objetivo de hacer política todos los días con el nombre que sea, el ideario primario ya no solo es mantenerse en el poder, sino tener todo el poder.