*La sobrina y ahijada de mi compadre el veterano periodista Luis Oñate Gámez, tomó una fatal decisión, hoy lamentamos ese hecho sin morbo y con un gran sentimiento de solidaridad pensando en sus padres escribo estas palabras.

Compadre Luis Oñate, el recuerdo de la princesa siempre en usted//

Había decidido no hacer esa noticia que varios portales registraron y que de seguro provocaron muchos likes y el aumento de sus seguidores, podría decirse que es su deber informar y que la noticia estaba ahí y hay que decirla.

Sin duda también que a quienes le ha tocado soportar la partida de un hijo como a mí, y en calidad de periodista recibe la información, lo primero que a uno le ocurre es que una daga vuelve a entrar al corazón, se revuelven los recuerdos y nos ponemos en la piel de esa mamá y ese papá que hoy sufren lo que nosotros vivimos.

Yo me goce por 21 años a Marcela Alejandra Salas Tamayo, aquí es cuando mis ojos comienzan a perder claridad producto de las lágrimas, lo que a menudo nos pasa a los padres huérfanos de un hijo, cuando hacemos memoria y le doy ese nombre porque para nosotros no hay como llamar la partida de un hijo, no existe un título para ello.

Luis Oñate Gámez era el padrino de mi hija y el también lloró su partida, me acompaño día y noche durante una semana de suplicio y también esperanza, todos anhelábamos que Marce se quedara entre nosotros, pero ella sabiamente decidió no regresar y levantarse de esa cama de hospital y partió al Paraíso, Oñate me abrazo primero telefónicamente desde la casa de Rafael Rodríguez en donde junto a él, Yamile Rodríguez, Luis Fernando y Agustín Iguaran, trataban de darme fuerzas, después el día del sepelio con su cálido abrazo volvió a demostrarme que estaba conmigo, sufría como yo y su comadre Enith María, la madre de mi hija.

Ahora es un nudo en la garganta que hasta duele, pero tomamos fuerza para decir que la partida de esta niña de tan solo 15 años, que vuelve a lacerar el corazón de Lucho también nos duele a nosotros y esta vez el respaldo es de vuelta, decirle a Luis Oñate, a su hijo Luis David que también llora la partida de su prima y amiguita, que Mariana Castaño Atuesta, fue recibida con canticos y rosas celestiales en ese paraíso que creemos  existe y que su anfitriona fue mi hija Marcela Alejandra.

Se que sienten sus padres, lo viví y vivo, no hay día que Enith María y yo no recordemos que nos hace falta nuestra hija, ella tendrá una forma de asimilarlo y vivirlo, yo tengo la mía, muchas veces es más duro y siente uno que está regresando del cementerio y observa ropajes negros y escucha mucho llanto, otros son de festejo, veo a mi Cosho Mosso como le decía, sonreír, jugar, abrazarme, darme buenas noticias, bailar, tener novio, estudiar y ser ejemplo de la clase de Derecho.

Luis David Oñate compartió en el quinceañero de su primita y este bello recuerdo quedó//

Paremos un tantito esta vaina es dura… Seguimos… No conozco a los padres de Mariana, la quinceañera que se ha ido, pero no para siempre, aquí esta su recuerdo vivo, su risa y su papel de la hija bonita, solo puedo decir que para aguantar este certero golpe, hay que creer en algo, yo creo en Dios él me fortalece, creo en un Paraíso y que allí está mi hija, es entonces cuando recuerdo que para soportar, uno se alimenta de la experiencia de otros entonces recuerda los ojos y las fuerzas de compañeros de este episodio como mis colegas Carlos Fernández, quien perdió a su príncipe, a Billy Zheferin que ya no tiene a su rey a José De la Victoria que recuerda con valentía a su José Jamir.

Los 15 de enero que es la fecha del cumpleaños de nacimiento de mi hija, me alegro y celebro la vida de mi colega y compadre Leonardo Herrera Delghans, ese dia había fiesta por los dos, hoy aqui en la tierra me queda Leo y a Leo y a mi, nos queda el recuerdo de Marce. Los 12 de abril que fue el día que partio en el 2015, oramos y le recordamos su bella sonrisa, esa que nos regaló para siempre.  

A los padres de Mariana, de manera humilde y sentida les envió un mensaje  queriendo decirles que la fortaleza no la llevamos de la misma manera, pero que la debilidad si es igual, somos frágiles ante este dolor, pero sin duda un gran homenaje para Mariana es que el resto de sus vidas cuenten la historia de una princesa que se adelantó en el camino y que Dios Proveerá.

La biblia nos dice que David al enterarse de que su niño había muerto, tuvo una aceptación representada por sus acciones cuando se cuenta en (2 Samuel 12:20), “se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió». Lo sorprendente de este pasaje es que David «entró a la casa de Jehová y adoró». En otras palabras, David no sólo aceptó la muerte de su hijo, sino que  se lo dio todo a Dios en adoración.

La capacidad de adorar y honrar a Dios en tiempos de crisis o prueba es una poderosa demostración de nuestra confianza espiritual en nuestro Dios. Hacerlo nos permite aceptar la realidad de nuestra pérdida. Y esto es cómo Dios nos libera para seguir viviendo. En esta historia, David modela para nosotros la sabiduría de soltar lo que no podemos cambiar.

Ve con Dios Marianita princesa de tus padres y familia, con confianza te digo descansa en paz.   

“Ay mi princesa, te fuiste tan pronto.

Que dolor tan grande el que me dejas.

Siempre te recordaré.

Mariana Castaño Atuesta Q.E.P.D. (2006-2022)”.

Luis David Oñate

Mensaje desde su institución educativa//