*A los 71 años en la Clínica Las Américas de Medellín dejó de existir Darío Gómez, forjador de un estilo en la música popular y que como los grandes de la música vallenata deja un legado eterno.
El poder de la música ranchera era total en las cantinas del Caribe, hasta que Jorge Oñate apareció y con su voz, genialidad y personalidad entró como Pedro por su casa y creó un nicho que con el tiempo haría que Colombia y el mundo conocieran, bailaran y se inspirarán a partir de la música de acordeón, el Jilguero abrió el camino, entonces luego llegaron Poncho Zuleta, Diomedes Diaz y demás actores que mantienen al folclor en pie.
Allá en el interior del país Darío Gómez construyó sin lugar a dudas un escenario similar, su canción ‘Nadie es Eterno en el mundo’, por ejemplo, penetró sin permiso entre nosotros los caribeños, lo conocimos y se quedó, su voz se hizo familiar y la ‘música cachaca’ fue cultivando seguidores, amén que las colonias antioqueñas, santandereanas y tolimenses fortalecieron ese escenario.
Por momentos el despecho de Darío y que han seguido otros artistas no gustaba mucho ante el machismo imperante en la región, sin embargo muchos de los nuestros aprovecharon esa línea y crearon el llamado ‘vallenato llorón’ con el cual se dio la vuelta al Sol y fue entonces la penetración de un nuevo estilo vallenato que puso a botar lágrimas a los interioranos, Los Chiches, Nelson Velásquez son solo dos de los mejores exponentes de esa canción que pone al hombre a llorar a ‘moco tendido’ por una mujer.
Es precisamente ahí en la forma de expresar el despecho lo que hizo que Darío Gómez nos cayera tan bien, sus letras- fue un gran compositor similar al Cacique de la Junta- y en muchos pasajes de sus vidas tuvieron grandes similitudes.
El despecho en el canto vallenato se soporta, mamando ron, o con decisión de olvido, “si te vas, si te vas, te olvido” pero no se echa a llorar, por lo menos en público y se te ven hay una explicación “me vieron llorando de eso se agarraron” (Marcos Díaz).
Darío Gómez decía en ‘Sin amor también se vive’
Yo creí que contigo a mi lado
Nunca iba a conocer las penas
Que al tener lo que yo amaba tanto
Encontraba una vida más bella
Pero todo me salió al contrario
Pues tu amor fue tremendo problema
Ya te burlaste de mí
Y estarás pensando burlarte otra vez
Acá el maestro Gustavo Gutiérrez le mandó a Diomedes
No, no quiero volver a verla más nunca por mi camino
Distancia que nos separa, me hiere su cruel olvido
Es muy cierto que la noche es tan larga con mi desvelo
Rayito de la mañana, tú sabes cuánto la quiero
Y remató diciendo
Es muy triste recordar momentos felices
De un cariño que sangró mi corazón
Llegó la hora de partir sin medir distancias
Y ni sombra quedará de aquel amor
Y ni sombra quedará de aquel amor
Y ni sombra quedará de aquel amor.
Para Darío Gómez y los juglares vallenatos la mujer siempre fue el centro de la inspiración, y aunque dejaba el corazón dolido por su partida, por su separación en el momento menos esperado, había tiempo para componer y cantar. Darío fue consciente que su canto se arraigó en el pueblo montañero, en el escenario popular y entonces les regaló ‘Sobreviviré’.
Cuando te perdí, sentí un dolor
Sin ti a mi lado no creí que pudiera sobrevivir
Pero en las noches que pasé tan preocupado por tu amor
Vi tu error, me he sobrepuesto y ya sin ti aprendí a vivir
Volviste a mí, pero da vuelta que ya no eres bienvenida nunca más
Fuiste quien me dio esta herida
Y crees que soy un arcoíris que fácil desaparece
Te equivocas, ahora sobreviviré.
En esa línea Kaleth Morales compuso ‘Todo de Cabeza’ expresando que el corazón cree que no podrá aguantar, pero al final toma un impulso para salir adelante. Posdata costeña: “Nadie muere de amor”.
Esta es mi canción de despedida
será lo mejor para los dos
Pues no soy el dueño de tu vida
y lo más grave no sé porque no lo entiende el corazón
Dime como hago para explicarle
a mi alma envuelta entre la fe
Que aunque sea difícil olvidarte
debo intentarlo
porque creo que nunca te podré tener
Si no deseas que me marche
demuestra que al igual que yo quieres amarme
Y que también te estás muriendo por besarme
Y así yo intentare esperarte
hasta cuando decidas entregarte
A este hombre que ha hecho todo para enamorarte
Darío Gómez se inmortalizó con su canción ‘Nadie es eterno en el mundo’, un cementerio en San Jerónimo lo inspiró y esa canción con más de 60 millones de copias vendidas lo catapultó a la fama y con ella llegó al Caribe para quedarse.
Cuando ustedes me estén despidiendo
Con el último adiós de este mundo
No me lloren que nadie es eterno
Nadie vuelve del sueño profundo
Sufrirás, llorarás
Mientras te acostumbres a perder
Después te resignaras
Cuando ya no me vuelvas a ver
Eso sí, en el vallenato con tal de conquistar a la mujer, así sea que ya esté con otro, siempre habrá una canción que más allá del despecho busca hacerle la ‘comba al palo’ en busca del amor perdido. Por eso Aurelio Núñez le dijo a Jorge Oñate que cantara
Yo insisto y tengo la seguridad
De que ha ese otro no lo quieres
Porque es difícil que tú me olvides
No es fácil de un día pa’ otro cambiar
Si con el primer beso te enseñe
Y de cariño mil huellas dejen
Solo el destino decide
Quien en la vida puede triunfar
Se que con él no encontrarás felicidad
Esa que te quise dar
Con pureza y humildad
Propia de nuestra región
Si te arrepientes no me importa el qué dirán
Te prometo ya verás
Que te voy a perdonar
Aunque pisotee mi honor
Despidamos al maestro Darío Gómez con lo que escribió el expresidente Álvaro Uribe Vélez: “Con Darío Gómez ya llegando al cielo. Sus canciones y su personalidad quedan alojadas en el corazón de millones. Gracias Maestro Darío”.
Sin duda Darío Gómez fue un Man muy parecido a nosotros, Paz en su tumba.