Si hay un pueblo famoso en Colombia y en muchas partes del mundo gracias a su indisciplina social frente a la pandemia del coronavirus, ese se llama El Retén Magdalena.

El municipio al norte del departamento del Magdalena, con algo más de 25 mil habitantes, entre su casco urbano y su amplia zona rural, fue noticia mundial en junio del 2020, cuando las cámaras de los celulares captaron en videos y fotos una «corraleja humana» que en el barrio San Miguel hacía honor a las fiestas patronales de San Juan Bautista, que el gobierno de Jorge Checho Serrano había suspendido por obvias razones ante la pandemia.

Decenas de niños, hombres y mujeres se divirtieron en la improvisada corraleja durante dos días, hasta que la Policía del municipio despertó y la desbarató, diez días después, las estadísticas del Ministerio de Salud mostraron un aumento en los casos positivos de covid y más tarde se conocía de las primeras personas muertas.

A lo largo del 2020, la Alcaldía de El Retén expidió decretos y resoluciones a fin de controlar la indisciplina e insensatez de sus gobernados, sin embargo, los hechos en contra del cuidado individual y grupal siguieron presentándose.

La Policía y el mismo alcalde junto a la secretaria de Gobierno abordaron galleras, cipotes fiestas en casa y prohibió decenas de nuevos negocios de cantina improvisados en los grandes patios de las casas de aquellos que tuvieron que cerrar sus negocios y de otros que vieron en la pandemia una oportunidad de ganarse unos pesos de más, a pesar del peligro que significaba crear aglomeraciones y dar paso a un nido de nuevos contagios.

A pesar del desorden, la Divina Providencia a sino benévola y las estadísticas muestran que 197 habitantes se contagiaron con el covid19 de ellos murieron 12 y hoy hay 24 personas con el virus activo.

Hoy, todos los fines de semana El Retén es un pueblo de fiesta, como afirman muchos en las redes sociales ‘El Covid-19 se va de El Retén Magdalena los sábado y domingo y parece regresar el lunes». Y pese al llamado de las autoridades, el desorden continúa, y muchas veces los parranderos 15, 20, 30 personas, se enfrentan a la autoridad de policía, que decide partir a fin de proteger su integridad, no solo de la agresividad con que se les recibe, sino de la pandemia misma.

Solo en las últimas horas se supo que 14 personas estaban enfermas y de ellas varias reconocidas por lo que la alarma ha sido aún más emotiva.

Sin embargo, el temor crece en el municipio porque la misma indisciplina sigue siendo el caldo de cultivo de esta pandemia asesina. Y más cuando el hilo de contagio muy pocos lo quieren romper.

Hoy, hay varias personas contagiadas y aisladas en sus casas, sin embargo, no se sabe, y es lo más seguro, que para no generar opiniones, burla y el respectivo chisme y el qué dirán, guardan silencio sepulcral y a solas oran por su sanidad.

La gente guarda silencio, no informa que tiene Covid-19, no llama a las personas con quien estuvo platicando sin tapabocas para decirle que debe cuidarse, que se hace necesario que la prevención se haga efectiva a fin de evitar más enfermos, sin duda allí se está fallando, el silencio no es aliado, es el peor enemigo, aseguran los expertos.

En El Retén se lee en redes sociales «Con mi vida hago lo que me da gana, salgo bebo, bailo y a usted no le importa». A este nivel de seguro será muy difícil seguir enfrentando el mal y su erradicación total, de seguro tendrá su tiempo.