*Han pasado varios días de la histórica decisión de la Fiscalía General de la Nación, “ha ganado la verdad, ha ganado la justicia, así sea tardía” fue la primera expresión del hoy gobernador del Magdalena.
El día sábado 14 de mayo del año 2011, después de 4 años y 8 meses de arresto domiciliario Carlos Eduardo Caicedo Omar, ya en condición de exrector de la Universidad del Magdalena era absuelto de los cargos de corrupción por lo que era acusado y fue declarado inocente.
Varios fueron los periodistas que dieron la información que cesaba la horrible noche para el abogado que tuvo que enfrentar el poder del gobernador de ese entonces Trino Luna Correa, pero salió vencedor, pese a la gran noticia, nadie salía a buscar una reacción del hoy hombre en libertad, por lo que consideré que esa era la verdadera noticia, entrevistarlo y encontrar una reacción a lo vivido.
En la emisora donde trabajaba, tuve que exponer mil motivos para que esa entrevista saliera al aire y lo logré, Carlos Caicedo volvía a hablar a un medio de comunicación luego de su tiempo en prisión en casa y en silencio, en ese momento di otro golpe en materia informativa ¡Primicia! y el periodismos le ganaba la partida al poder político. Carlos Caicedo luego sería candidato a la Alcaldía de Santa Marta y yo me convertí en jefe de la oficina de comunicaciones de la Universidad del Magdalena, Caicedo me ofreció mediante llamada telefónica que fuera su jefe de campaña, pero yo había dado al rector Ruthber Escorcia Caballero, lo único que tengo, (Mi Palabra). De tal forma que él siguió su exitoso camino político y yo continúe siendo periodista.

Once años después volvemos a escribir sobre la inocencia de Carlos Eduardo Caicedo Omar, esta vez gracias a la preclusión de la investigación por los asesinatos en la U, tema que seguimos muy de cerca en su momento y que, de un momento a otro, no entendimos como el Rector Caicedo, terminaba enredado en una historia que era de sufrimiento y dolor, ante lo que ocurría al interior de un equipo de compañeros de trabajo.
En los últimos momentos el hoy ejecutivo departamental se ha pronunciado por la decisión de la Fiscalía. “En mi condición de demócrata de izquierda y Gobernador de los Magdalenenses, frente a la decisión de la Fiscalía 5 ante la Honorable Corte Suprema de Justicia, en la que luego de un minucioso análisis de las pruebas recaudadas, por más de tortuosos 20 años, PRECLUYE la investigación penal en mi contra, valoro con profundo sentimiento que por fin se haga justicia”.
Se nota en este primer párrafo que Caicedo, descarga sobre el bolígrafo toda fuerza de una conquista. Y continúa diciendo. “La Fiscalía ha señalado con claridad y fortaleza jurídica, que ninguna responsabilidad se me puede atribuir en los hechos con que paramilitares y parapolíticos pretendieron enlodarme, sacarme del escenario político, y continuar saqueando a nuestro pueblo y territorio. Frente a la administración de Justicia, se les derrumba a los enemigos de la Paz y a quienes creían que el Magdalena era suyo, el andamiaje de mentiras y calumnias que construyeron por años”.
Hay que tener el ‘cuero duro’ para soportar por dos décadas esta situación, de allí que su hermana Patricia, acostumbra llamarle ‘guerrero de la vida’, Caicedo no deja de aprovechar el momento y dice. “Se les acaba la terrible infamia con la que fui descalificado, ante la clase popular de dónde vengo; fui atacado y perseguido durante casi la mitad de mi vida y toda la vida de mis cuatro hijos. Incluso con otro montaje, me privaron en el año 2006 de la libertad por 5 años, sacándome de la rectoría de la Universidad del Magdalena, hasta que finalmente la justicia, también me absolvió”. Aquí recuerda que lo que les comenté en un principio de este escrito.

Se nota que a la medida que escribe, Caicedo descarga todo el peso que ha soportado. “Y con esta terrible infamia buscaban ensuciar por siempre mi nombre, el de mis padres y mis hijos, destruyendo así mi vida pública y privada, para impedir nuestra llegada a la alcaldía de Santa Marta, y la Gobernación del Magdalena”.
Más adelante agrega. “Una ignominia que repetían a diario los medios de comunicación afines a los clanes mafiosos que combatimos, y que llevaron con su dinero y poder a que el Gobierno Nacional nos negara la interlocución y les arrebatara los recursos a que tienen derecho los magdalenenses”. Es cierto, cada que se acaba el discurso, los enemigos de Caicedo recurrían al tema de los tres muertos de la U como el recurso de no acabar.
“Una vileza con la que pretendían incentivar a las fuerzas criminales para que se atrevieran a eliminarme físicamente, como muchas veces lo intentaron. Todos los ataques, difamaciones, montajes, mentiras, sabotajes y hasta muertos que me han atribuido los clanes del Magdalena y sus aliados, no son otra cosa que la conspiración perversa de la vieja y desesperada clase política, de la que he sido víctima, y contra la que el pueblo magdalenense se rebeló”.
En su extenso, pero importante declaratoria Caicedo Omar señala. “Han sido dos décadas en los que repetimos la verdad una y otra vez ante todo el que quisiera escucharla, sin cansarnos, con dignidad. Hoy quiero agradecer a mi familia, a mis hijos, a mis amigos, y compañeros, y a todos los que nunca perdieron la confianza en mi integridad y en la verdad que siempre he defendido”.
Sus agradecimientos salen de la frontera familiar y expresa. “A los miles de samarios y magdalenenses que siempre nos entregaron su respaldo, su solidaridad, a pesar de las terribles calumnias con las que pretendieron asustarlos y, especialmente, a dos seres que nunca titubearon, que me daban fuerza y me ayudaban a sobreponerme cuando la frustración me doblegaba”.

He de imaginar que este párrafo debe ser el mas doloroso para escribir, luego que sus padres murieran en época de pandemia. “Dora y Carlos Eduardo, mi amorosa madre y mi padre, que hubieran disfrutado este momento como el más esperado. Cómo me gustaría que estuvieran aquí, a mi lado, para confirmar la inocencia de su hijo, de la que nunca dudaron, pero cuyas acusaciones amargaron los últimos años de sus vidas. Ellos vivieron durante tantos y tantos años, la dolorosa violación a mis derechos humanos, a la integridad moral y los mínimos estándares de acceso a la justicia para mí y para ellos mismos, y en especial para mis hijos que se hicieron mayores sufriendo múltiples humillaciones y matoneo, por los ataques aberrantes contra su padre”.
Carlos Caicedo se acuerda de Julio Otero, Roque Morelli y Hugo Maduro, entonces escribe. “Espero que la memoria de las víctimas sea honrada, pues fue vilmente mancillada con la manipulación de la verdad, que sus familiares sean reparados por el estado y los responsables confesos, condenados ejemplarmente”.
El gobernador Caicedo, se agacha y amarra el cordón izquierdo de su bota y entonces expresa. “Vendrán de seguro más batallas, y volveremos a ganar esgrimiendo la verdad; continuaremos luchando junto al pueblo para sembrar la primavera de la esperanza, y así florezca por siempre en nuestra tierra, la dignidad para nuestra gente”.
“Concluyo diciendo: ¡Ha ganado el pueblo que se levantó un día! ¡Ha ganado la verdad! Ha ganado la justicia, así sea tardía”.
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