“Finalmente, la Alcaldesa y el Gobernador se dirigieron hasta la Megabiblioteca, un espacio que nunca antes había tenido Santa Marta para la cultura, el arte, la historia y donde anunciaron que pronto se entregará para el disfrute de todos. Este escenario sorprendió a los visitantes, teniendo en cuenta la modernidad de la estructura, los acabados, el mobiliario, la dotación y los servicios que ofrecerá a los samarios, residentes y visitantes de esta ciudad”.
De esta manera termina el boletín de prensa por la oficina de prensa de la Alcaldía de Santa Marta emitido el día de ayer domingo 7 de junio del año 2021, y hay que decirlo, es una publicación inteligente, con toda la historia de esta obra, lo mejor era que jamás su mención estuviera al principio, porque sin duda la polémica Megabiblioteca es un escenario de finales.
El 26 de mayo de 2020, el colega Polo Diaz Granados, escribió en El Espectador una muy nutrida e informativa nota que tituló: “Esto mejora, pero no cambia”, y en la bajada dice La megabiblioteca de Santa Marta: ¿Culpa del coronavirus?
El comunicado de prensa del gobierno informa que “Alcaldesa Virna Johnson y Gobernador Carlos Caicedo garantizan avance de obras para el cambio rumbo a los 500 años de Santa Marta” y agregan “Estas obras están contempladas en el Plan 500 Años, concebido por Carlos Caicedo; algunas se iniciaron con Rafael Martínez y otras se encuentran en el Plan de Desarrollo ‘Santa Marta Corazón del Cambio’ de la alcaldesa Virna Johnson”.
Sin embargo para el mundo político y para aquellas personas atentos al devenir social de Santa Marta, no pasó desapercibido que el hoy gobernador Carlos Eduardo Caicedo Omar, regresara a la que él bautizo como la ‘Megabiblioteca’ una obra inspirada en el año 2012 de su gobierno como alcalde de Santa Marta y contratada en el 2014, pero que se convirtió en su ‘talón de Aquiles’, tanto que su sucesor Rafael Martínez y ahora Virna Johnson no han podido terminar, es decir lleva casi una década (9) años sin que sea concluida y hace rato que tiene varios nuevos nombres, ‘Elefante Blanco’, ‘La Megadecidia’, ‘La obra de la corrupción’ etc.

Dijo el señor Polo Diaz Granados hace un año “Si a la megabiblioteca de Santa Marta tuvieran que hacerle una película, tendrían que llamarse ‘Retroceder nunca, rendirse jamás’, y sería ya la tercera versión, la de Virna Johnson”.
Explica con sabor Caribe
“Para los 4 gatos que me leen y que quizás no saben qué es la megabiblioteca, yo les cuento rápidamente que es una mole de cemento que contrató Carlos Caicedo, cuando era alcalde de Santa Marta, en dos fases -es decir, para que coronaran dos contratistas- una fue adjudicada en 2014 y debió estar lista 5 meses después, y la otra, contratada en mayo de 2015, debió durar solo tres meses. Pero ambas fases han tenido tantas dilaciones y le han inyectado tanta plata que ya los samarios hemos perdido la cuenta de lo que hasta ahora es un tremendo elefante blanco.
¡Pero frescos!, que para eso estoy yo aquí, para contextualizarlos. Aunque en este blog empezaré por el final”.
El joven comunicador en su relato cuenta “Les decía entonces que esta última parte de la película comenzó hace apenas unos días, cuando la alcaldesa Virna Johnson, en medio del coronavirus, fue a la megabiblioteca para continuar generando falsas expectativas. Después de recorrer la mole de cemento que para nada ha servido más que para simbolizar el abandono, la alcaldesa dijo que faltaban tan solo unos aires, instalar unos muebles y listo, ¡rapidito!, cuando los samarios quieran espabilar ya tendremos megabiblioteca”.
Él acucioso pa’ que, afirma. “Lo que Virna Lizi no les dijo -pero que yo les cuento- es que esta última excusa que dio está respaldada, ¡no en uno!, sino en varios contraticos que nada tienen que ver con los $27 mil millones que ya se habían ripiado desde 2014 entre Carlos Caicedo y Rafael Martínez. Es más, ¡quédense sentados!, porque resulta que uno de esos contratos -para la construcción del sistema de aire acondicionado para el auditorio y el área de la biblioteca- costó la bobadita de 1.132 millones de pesos más”.

Prosigue
“Y lo más simpático del tema es que el contrato lo dejó firmado el exalcalde Rafael Martínez, a que no adivinan cuándo: ¡El 31 de diciembre de 2019! Así como lo lees, mientras tú y yo nos preocupábamos por pasarla juntos en familia y despedir el Año Viejo, Martínez despedía su alcaldía con este broche de oro que debió estar listo 5 meses después (mira el plazo aquí), pero que, como todo lo de la megabiblioteca, va para largo. ¡Aunque claro!, la culpa de la demora seguro que es del coronavirus. Ajá, ajá.
Sin embargo, amigos que me leen, este no es el único ‘megacontrato’ que le han agregado a la megabiblioteca, pues resulta que en los últimos meses, antes de terminar su mandato, Martínez fue ensillando el burro sin tenerlo con dos contratos que no nos han contado: uno por $789 millones para la “dotación tecnológica” (diga usted, computadores y esas vainas) y otro por $334 millones para los muebles, escritorios y las estanterías. Muebles que nunca llegaron a la inauguración de la fase I de la megabiblioteca, que fue anunciada y cancelada por el mismo Martínez.”
El director de Seguimiento.co se hace una pregunta y avanza
¿Y saben qué es lo más chistoso? Que, por cuenta de las demoras para contratar estos muebles, que finalmente no llegaron para el mandato de Martínez, a la Alcaldía le tocó suspender el contrato de los computadores -no por culpa del contratista- sino porque tenían los equipos, ¡pero ahora no tenían dónde ponerlos! (Lee aquí la razón de la suspensión)
Pero si creen que ya terminé, les digo que no. Resulta que Virna, en su reciente visita, nos contó que otra de las ‘bobaditas’ que hacían falta era la “dotación de los libros”, pero que no habían llegado porque estaban en Bogotá y, por la restricción del transporte, no habían podido traerlos. ¡Vuelve y juega!, Virna -haciéndole el tape a sus antecesores- no dijo que este era ooootro contrato más fuera de los $27 mil millones desperdiciados, esta vez por apenas $310 millones de barritas.
¡$310 millones en libros! Que, entre otras, fueron contratados el 16 de diciembre y debían ser despachados en las siguientes 2 semanas, antes del 31 de diciembre, aunque ya vamos para la vigésimo tercera semana y de los libros tampoco se sabe nada.
Toda la carreta para llegar hasta este punto y decirte: si alguien te pregunta cuánto nos ha costado la megabiblioteca y tú respondes que 27 mil millones de pesos, yo te diré que ¡estás equivocado! Ante tanta confusión con este meganegocio que tiene más contratos que los tentáculos de un pulpo, les saco calculadora pa contarles -exactamente- cuánto nos ha costado la megabiblioteca a los samarios: ¡Empecemos!
Megabiblioteca Fase I (ver contrato) – (ver adiciones)
Valor del contrato: $10.044.443.985
Adición 1: $1.897.622.894
Adición 2: $901.602.920
Adición 3: $857.837.386
Adición 4: $2.890.884.849
Lo que nos ha costado hasta ahora: $16.592.392.034
Megabiblioteca Fase II (ver contrato) – (ver adiciones)
Valor del contrato: $6.988.403.595
Adición 1: $1.216.815.048
Adición 2: $2.277.384.907
Lo que nos ha costado hasta ahora: $10.482.603.550
Sistema de aires acondicionados (ver contrato)
Valor del contrato: $1.132.068.194
Dotación tecnológica para la megabiblioteca (ver contrato)
Valor del contrato: $789.609.222
Dotación mobiliaria de la megabiblioteca (ver contrato)
Valor del contrato: $334.177.505
Dotación bibliográfica de la megabiblioteca (ver contrato)
Valor del contrato: $310.478.146
Después de su explicado y documentado informe, Polo Diaz Granados les habla a sus lectores.
“Yo no sé qué pensarán los 4 gatos que me leen, pero con esos $29.641.329.651 millones que hasta ahora nos ha costado la megabiblioteca, yo, en esta época de coronavirus -y con tanta gente pasando hambre- mejor me hubiera comprado 148 millones de mogollas de a $200.
Después de todo, ¡pa qué esa biblioteca tan cara! Si pa eso tenemos la del Banco de la República, que es espectacular: tiene internet, hemeroteca, acceso a consulta de bases de datos, revistas electrónicas, millares de libros… ¡y nadie la visita!
P.D. No me digan Nostradamus si el día que la inauguren, harán un evento descomunal, gigantesco, desproporcionado, mesiánico, con luces, fuegos artificiales y grandes reflectores, con música triunfal… En esa época será posible porque ya no habrá coronavirus y, si lo hay, esperarán lo que sea necesario -ya esperado lo mucho, esperar lo poco- para darse el bombo necesario. Esa noche dirán que la megabiblioteca es histórica, la más grande del Caribe, que nadie nunca en Santa Marta había hecho algo así para la educación de los niños. Ese día los samarios creerán que celebramos la cultura, pero yo -y de pronto algunos de los 4 gatos que me leen- sabrán que no, que es una celebración como esas que hacen los que coronan… Esperen y verán.
La emoción del rostro del señor gobernador Carlos Eduardo Caicedo Omar, ayer en su recorrido por la Megabiblioteca muestra que quizás el joven Polo sea Nostradamus y se venga un #culoejopotroncocipote celebración si llegan a inaugurarla nuestra querida alcaldesa Virna Johnson.
‘En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni pasará nunca. Este es un pueblo feliz’: Gabriel García Márquez, Cien años de soledad.
*El artículo de Polo Diaz Granados lo encuentran en Blogs de Actualidad del periódico El Espectador 26 de mayo de 2020.
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