*“Ese candidat@ es ampliamente conocido, pero en el patio de su casa”, el abogado y exdiputado del Magdalena Robinson Morelo

En lo que titula como una ‘reflexión académica’ el también excandidato a la Gobernación del Magdalena   Robinson Morelo González, hace un interesante análisis del momento político que se vive no solo en la capital Santa Marta, sino que su reflexión le cae bien a todo el territorio, porque sin duda que es una misma radiografía.

“Particularmente siempre he pensado que, para aspirar a un cargo de elección popular, se debería tener al menos algún precedente y liderazgo, sea en el colegio, universidad, organización social, junta comunal, etc. Es como el ABC de un proceso de reconocimiento y credibilidad antes de lanzarse a la arena política”. Dice Robinson y yo estoy totalmente de acuerdo con él.

“Hoy noto que existe una marea de precandidat@s a cargos uninominales y a corporaciones públicas en las elecciones venideras de muchas personas que más allá de tener afán de figurar o mostrarse en las redes sociales haciendo cuanta pirueta se les ocurre, no cuentan con una organización de base, trabajos comunitarios o trayectorias serias en sus hojas de vida”. Dice de manera acertada Morelo, que fue un destacado líder estudiantil antes de lanzarse a la arena política.

“En algunos casos piensan que por ser ‘famos@s’ en las redes, criticando a Reymundo y todo mundo, o por haber ocupado transitoriamente un cargo público, tener padrinos en altos cargos del Estado, financiación non sanctas y/ o apoyo de algún sátrapa territorial de turno, eso les da el ‘derecho’ y posibilidad de ser candidatos y potencialmente electos”. Ya aquí Robinson se pone más serio y nos lleva a la reflexión de que no hay cama para tanta gente.

El análisis de Robinson Morelo, le cae a decenas, centenares de ciudadanos que creen que ser candidato es ‘soplar y hacer botellas

“No señores, llegar a ocupar un cargo de elección popular tiene otras connotaciones, u otros fines más allá de la figuración. Se debe convencer al ciudadano de a píe con argumentos, propuestas creíbles y factibles, ser honestos con quien se le pide el voto o una firma de apoyo, haber denunciado sin tapujo los actos de corrupción de quienes dilapidan el erario, indistinto de la orilla política de quien esté como gobernante de turno”. Afirma.

Por otra parte y sabiendo que se está en una competencia por primera vez, y que por alguna (s) circunstancia (s), no se puede llegar al triunfo electoral en las primeras de cambio, los aspirantes deben reflexionar sin egos, dejando la sobradez, buscando hacer acuerdos sobre lo fundamental como decía un exconstituyente del 91 Álvaro Gómez Hurtado, sobre todo entre quienes se tiene pensamiento e ideas afines y no radicalizarse en que si no soy yo, el otro tampoco, lo cual a la postre no le servirá de nada en sus aspiraciones inmediatas. Como muestra un botón en Santa Marta hay por lo menos 16 precandidatos, meta 14 en una licuadora, y no le sale un buen prospecto de edil.

“Hace años cuando era neófito en las lides políticas, escuché a una persona con sorna decir en referencia hacia algunas candidaturas de la época: «Ese candidat@ es ampliamente conocido, pero en el patio de su casa». Las redes sociales de hoy, aunque exhiben ampliamente lo que hacen las personas, no garantizan por sí solas que sufraguen por ellas”. Escribe sabiamente Robinson Morelo.

“Hay otros que son candidatos eternos y que en cada elección se postulan para negociar los poquitos guarismos que sacan y que por equivocación – la mayoría de veces – marcan a su favor”. A esto último Robinson, agréguele a ese personaje parido en la política local, los ‘tercos’ esos si son muchos individuos para dar lidia, es bueno recordar que el único terco con éxito se llama José Francisco ‘Chico’ Zúñiga, fueron 8 años buscando la Alcaldía de Santa Marta y en la tercera oportunidad logró el cometido